In 1977 Bolivian economist Julio Alvarado wrote, in my most humble and "non expert" opinion, the best history of Cuba's Republican period (1902-1959) specially in dealing with Cuba's economic history. He traveled to Havana with a "grupo de trabajo" of Bolivian economists in the late 1940s as part of a diplomatic mission and remained on the island working at El Banco Nacional until 1959. The tome was published in Madrid in 1977.
Alvarado believes Washington's clear decision to rid itself of Fulgencio Batista was the result of Cuba's dream of diversifying it's economy which consequently, in the eyes of many in the Eisenhower government, would be at the expense of American business interests. At the helm of this "dream team" was Gustavo Gutiérrez, Joaquín Martínez Sáens and Felipe Pazos. Alvarado adds, "...nacio en el espiritu cubano el firme y decidido propósito de llevar a la realidad lo que en los ultimos treinta años constituyera una actividad agropecuaria y la creación de la industria ligera. Este deliberado propósito contó en ese preciso momento, para suerte de Cuba, con una élite que en el lapso 1946-1958 realizó---bajo dos regímenes antagónicos---una obra que debe ser jusgada por sus resultados. Esa élite estuvo constituida por tres hombres de la generación del 30: Joaquín Martínez Sáens, Felipe Pazos y Gustavo Guitérrez."
The greatest insult against American economic interests in Cuba came when Dr. Gutiérrez , with others, wrote a series of laws protecting fledgling Cuban agricultural and manufacturing industries by, among other things, raising import barriers.
"Simultaneamente con la politica económica que Martínez Sáenz inspiraba y dirigía desde la presiencia del B.N.C., Gustavo Gutiérrez inspiraba y dirigía la suya desde la secretaría de la Junta Nacional de Economía (J.N.E.)---creada en el año 1942---y transformada en 1955 en Consejo Nacional de Economía (C.N.E.) (tambiem conocido como el Ministerio de Economia); institución pressidida por el Primer ministro (Gustavo Gutiérrez) e integrada por los ministros de Hacienda, Comercio y Agricultura, y por los presidentes del B.N.C. y del B.A.N.F.A.I.C."
"Además de los estudios que sobre diferentes aspectos de la economía cubana dirigió durante diez años, su mayor contribucíon a los empeños de desarroyo económico deliberado y acelerado...consistió en la preparación del decreto-ley de estimulación industrial y en la confección de los nuevos aranceles aduarenos."
"...Gustavo Gutiérrez propuso el proyecto de decreto-ley aprobado el 15 de agosto de 1953 para, mediante el aumento o reducción de arranceles aduaneros, la fijación de contingentes de importación, las extenciones de impuestos estatales y municipales, la creación de subsidios, el estímulo o la restricción de las operaciones comerciales internacionales, y las medidas de caracter cambiario, según se trate de "industrias nuevas, industrias ya establecidas, industrias de montaje y ensamblaje, industrias mineras, industrias en general."
"La trascendencia de este decreto-ley para la estimulación industrial no causaria agrado a los circulos industriales de Estados Unidos."
"No pasaba desapercibido para los dirigentes de la política económica cubana el obtsáculo insuperable que, para toda empresa de desarrollo, constituía la apertura del territorio de la Isla a la penetración masiva de la produccíon manufacturera americana. Gustavo Gutiérrez se hizo intérprete de aquel estado de ánimo y logró que Batista dispusiese, mediante el decreto-let número 2.080 de 1955, "hacer los ajustes arancelarios convenientes", eufemismo empleado para no alarmar a Washington con la confeccíon de un nuevo Arancel. Por cierto que el eufemismo no engañó al Gobierno Eisenhower."
"Pero en el segundo semestre de de 1956 Batista cometió un nuevo atentado contra la amistad cubano-americana: prestó su conformidad a las sugestiones de sus consejeros economicos---Joaquín Martínez Sáenz y Gustavo Gutiérrez---para proceder a la confección de un nuevo Arancel aduanero, y, en consecuencia, plantear al Gobierno de los Estados Unidos la revisión del Convenio de Reprocidad comercial, de 1934. El Gobierno americano conocía los reales propósitos de Cuba, expuestos con toda franquesa, claridad y sinceridad por los hombres de Gobierno, por los economistas y por la prensa de la Isla. Sabía, por tanto, que el nuevo Arancel cubano sería la muralla protectora para la inteligente y paulatina diversificación agropecuaria y para el serio proceso de industrialización, todo lo cual implicaba una futura pérdida o cuando menos la sustancial reducción del mercado cubano para las producciones de las industrias agropecuaria y manufacturera americanas."
Julio Alvarado tells us that this new law of 1953, created by Gutiérrez, was one of Cuba's most daring maneuvers to date in her quest for greater economic independence from the "massive penetration of manufacturing production" from the United States. This decree was received with great fanfare by the Cuban industrial manufacturing community as well as by the agricultural sector. It would enable Cuba to become more competitive at home against foreign imports facilitating greater economic growth and expansion. It would create subsidies and incentives, readjust business tax structures, etc. And the Americans would not be pleased.
"Como estaba previsto, en ceremonia solemne, el decreto-ley que ponia en vigor el Nuevo Arancel de Aduanas de la Republica de Cuba, fue firmado por Batista el 28 de enero de 1958 en el Salon de los Espejos, ante quinientos representantes de la industria, el comercio y los círculos financieros...Pero las negociaciones "al mas alto nivel" con los hombres de Washington no tuvieron lugar. A esas horas, el State Department ponía en juego sus peones para cumplir la orden del presidente Eisenhower: arrojar del Gobierno de Cuba "a un dictador llamado Batista."
Alvarado adds that this law was a slap in the face to the Eisenhower Administration. It was the "economic question" and not a political one, Alvarado believes, that was to become the main reason for Washington's decision to ultimately "remove" Batista from power. He goes as far as to indirectly blame Gustavo Gutiérrez for Washington's antagonism against Batista by rushing the trade negociation process with the American government when he says, " Provocar, con un año de anticipación, la reacción iracunda del Gobierno americano contra la persona de Batista, me parecía de extrema imprudencia, dados los sucesivos enfrentamientos a que dieran lugar, desde 1955, las firmes actitudes del Dictador prestando todo su apoyo a la política económica sugerida por sus ministros y que los círculos comerciales, industriales y financieros de Estados Unidos consideraban "política anti-americana."
Other conflicts or sore spots between the two nations by the mid 1950s included Cuba's decision to give the Havana Tunnel construction project to a French company and the petition by the Louisiana rice growers to Congress to "do something" about Cuba's decision to grow it's own rice. Another scandal involved American wheat interests in Santiago where in 1957 U.S. Senator Frank Carlson was quoted as saying, "Batista is an enemy of the United States. He's gotta go!" And there was another one that dealt with pork grease. See below...
Cuba's frustration with Washington's meddling in Cuba's political and economic affairs was well understood among the Island's elite since before 1902. As an example, in 1956, Gustavo Gutiérrez received information that the United States was selling Cuba lard that the U.S. Congress had recently deemed unfit for human consumption. The State Department ordered Ambassador Earl T. Smith to insist that the Cuban Government retract the decree regarding the prohibition of the pork grease imports. The Cuban Government ordered Minister of Economy, Gustavo Gutiérrez to annul the decree as soon as the U.S. Government declared that the grease was suitable once more for human consumption in the United States.
"Por su parte, Batista cometió el ultimo atentado a la amistad cubano-americana---el postrer atentado---al finalizar aquel año de 1957: Cuando el embajador Smith, en cumplimiento de expresas instrucciones de su Gobierno, se dirigió por escrito al ministro de Economia, Gustavo Gutiérrez, pidiéndole la derogatoria del decreto que prohibía la importación de grasas no aptas para la alimentación de los seres humanos, Gustavo Gutiérrez le contestó, también por expresas instrucciones de su Gobierno, que el decreto sería derogado tan pronto como el Gobierno de Estados Unidos declarase que esas grasas eran aptas para la alimentación del pueblo americano."
It is clear that Julio Alvarado did not fancy Gustavo Gutiérrez for, aside from recounting in this book several confrontations with Gutiérrez, Alvarado's boss, Martínez Sáenz and Gustavo Gutiérrez did not get along either (see October blog entry El Banco Nacional).
Alvarado adds," Fue a raíz del triunfo revolucionario del 1. de enero de 1959 que tuve la explicacíon cabal de la política atropellada de Gustavo Gutiérrez. Se sabía gravemente enfermo y aun había tratado de suicidarse. Pero quería dejar a su patria un arma eficaz para defender su mercado interno y crear, así, las condiciones favorables para la creación de la industria ligera. En esa carrera desesperada contra el reloj quiso vencer, a fuerza de anhelo patriótico, todos los obstáculos, todos los requisitos previos, todas las condiciones indispensables, todo cuanto se oponía a su pasión hecha obsesion. El triunfo de la Revolución lo mandó al exilio y allí sucumbió cinco meses después."
This is a very heart warming, gentlemanly and respectful manner in which Julio Alvarado draws to a close his contentious relationship with Gustavo Gutiérrez and even though Gustavo's daughters refute Alvarado's assertion that Gutiérrez attempted suicide, they agree that their father endeavored to find ways in which to propel Cuba forward as a sovereign nation at any cost. His whole life was dedicated to the advancement of Cuba and it's people. It was his passion. It was his obsession!