(Below please find a more extensive recounting in Spanish of Dr. Gutiérrez' final months of life.)
When Batista fled Cuba in the early morning of January 1, 1959, the entire country exploded with joy. Gustavo Gutiérrez was shocked as were so many of those who were in Batista's government. As the firing squads began to erupt across Havana Harbor at the Cabaña Fortress the excitement and effervescence among many began to diminish. Fear and mayhem began to engulf the country as the revolutionaries began systematic executions, incarcerations and confiscations of properties. Many of Batista's police, government officials and armed forces personnel were immediately executed without trial or adherence to habeas corpus.
Gustavo Gutiérrez refused to accept the advice of family and friends who urged him to leave Cuba by requesting political asylum in any number of foreign embassies. He barked out that he had served his country honestly and faithfully and had committed no crimes against the State nor its people. After several colleagues, including the President of the National Bank, Martinez Saens, were sent to prison he reluctantly accepted to seek asylum in the Argentine Embassy.
He flew to Buenos Aires with Justo Garcia-Rayneri (former Minister of Finance) and Eusebio Mujal (President of the C.T.C., Cuba's largest labor union) where he was operated for colon cancer. A sponge was left inside his body and by the time he was flown to Miami, where he was opened up to discover the travesty, it was too late. A tumor had grown around the gauze and his intestines were infected and dissolving. He died in Miami on July 17, 1959.
This is the last photograph in possession of the family. It was taken in a park in Buenos Aires with his wife, Dulce Maria Vianello, on May 20, 1959, Cuban independence day. He already had made arrangements through diplomatic channels to work at the United Nations or at the World Bank. Yet unbeknownst to him or anyone else, he would die two months later.
(More extensive Spanish version.)
Hija de Gustavo Gutiérrez, Berta nos cuenta en el Prologo de una recopilación de cartas familiares que ella organizó y que fueron escritas durante los primeros 6 meses de 1959:
"El primer avión con exiliados cubanos que salió hacia la Argentina, llevaba como pasajeros a Gustavo Gutiérrez y Sanchez (Ministro saliente de Economia), Justo García-Rayneri (ex-Ministro de Hacienda), y Eusebio Mujal (Secretario General de la Confederacíon de Trabajadores de Cuba, C.T.C.). La salida fue bastante azarosa pues una turba se dirigió hacia Rancho Boyeros (el aeropuerto) con intencíon de sacar a Mujal del avión. Pudieron salir antes que llegara pero, una vez en el aire, el avión tuvo que regresar por algún mal funcionamiento considerado despues, como sabotaje.
Fue un momento muy emocionante del que supimos y oímos por radio. Al aterrizar el avión ya la turba estaba en los terrenos de aeropuerto y, el Comandante Camilo CIenfuegos al frente de su tropa, tuvo que rodear el avión para evitar que fuera asaltado. Al fin volvió a salir sin más inconvenientes o contratiempos. Era alrededor del 15 de enero de 1959.
La estancia en la Embajada Argentina (desde el primero de enero, cuando el Sr. Cueto, Secretario de la Embajada y cliente de mi esposo, Dr. José R. Montalvo, vino a mi casa a buscar a G.G. para convencerlo de que se asilara), fue también bastante inquietante. A pesar de estar fuertemente custodiada por soldados rebeldes (recuerdo haber ido una noche a visitar a Papá y tener que pasar sobre soldados sentados en el suelo del jardín), fue atacada por elementos desconocidos. El tiroteo se oyó desde mi casa. Sabíamos lo que estaba sucediendo y no podíamos hacer nada.
Otro momento perturbador fue cuando el Sr. Embajador, Julio A. Amoedo, presionado por el Gobierno Revolucionario, intentó hacer salir de la Embajada a los asilados que eran numerosos. G. G. que se conocía muy bien el tratado de asilo por haber sido signatario del mismo en Montevideo, tuvo una fuerte discusión con el Embajador negándose a que nadie abandonara la sede de la Embajada, o no ser por propia voluntad."
Hija Yolanda nos cuenta:
Alrededor del año 1955 Papá se opera con el Dr. José Lastra en la Clinica de Miramar en La Habana de un pólipo en el Sicmoide o sea, donde se une el recto con el colon. Aunque parezca extraño en esa epoca no se les decia a los pacientes que era cancer para no asustarlos. A Papá no se le dijo. Papá pasó un postoperatorio de tres meses y todo salió bien.
Estando asilado en Buenos Aires nos escribe diciendo que habia tenido deposiciones con sangre y que los medicos lo querian operar. Todos nos asustamos. Ya que él no sabia que habia tenido cancer. Se arreglaron todos los documentos necesarios para que Mamá pudiera viajar a Buenos Aires. Estando Mamá alli se opera Papá y le encuentran otro cancer en la misma sutura de la operación anterior. En dicha operación le dejan olvidada una gaza o torunda con las que secan la sangre, lo cosen de nuevo y lo envian a su recuperación al hotel Crillón en donde estaba hopedado. Papá no se recuperaba.
Papá queria irse a los E.U. pero no tenia visa para entrar ya que toda su vida viajó con pasaporte diplomático y el nuevo gobierno revolucionario habia anulado todos los pasaportes diplomaticos. Cuando Batista abandona Cuba en enero de 1959 Papá se asila en la Embajada Argentina siete dias despues y se encuentra sin pasaporte corriente sin poder moverse de ahí.
Ya en Buenos Aires Mamá y Papá esperan por la visa de E.U. Se hacen gestiones con todo el mundo inclusive con Henry Cabot Lodge y Ben Gurion pero se le hace dificil viajar a Papá con el State Department en Washington por haber estado vinculado al gobierno de Fulgencio Batista. Decidimos pedirle al gobierno mexicano por una visa para Papá para tenerlo mas cerca a nosotros. Le llega a finales de mayo y viaje a Mexico con permiso de Aldo Vera, un funcionario del gobierno revolucionario que se encargaba de dar los permisos de salida de Cuba. Le digo quien soy, que Papá esta muy grave en Mexico y me concedió el permiso.
Cuando llego a Mexico el 21 de junio estaban Mamá y Papá en un apto. muy modesto alquilado en Lomas de Chapultapec. El me da un abrazo muy fuerte y me dice:"ve a la taza del inodoro del baño para que vea como me estoy yendo en sangre."Estando yo ahí le llega la visa para entrar en los E.U. despues de mas de un mes en Mexico esperando ansiosamente la visa americana. Los acompaño en el viaje para Miami. En Mexico en aquel tiempo estaba el Padre Ezequiel Iñurrieta, sacerdote Franciscano de la Iglesia San Antonio de Miramar y muy amigo de la familia. Me dijo:" Tu padre sabe que ha tenido cancer." No sé en qué momento Papá supo. Creo que en el hospital de Buenos Aires vió un papel al pie de la cama que lo decía.
Para poder hacer el viaje en avión para Miami los medicos mexicanos le pusieron una inyección para coagular la sangre. El capitan piloto del avión me hizo firmar un papel donde ellos no se hacian responsables de nada de lo que le pasara a Papá durante el viaje. Cuatro horas interminables duró el viaje Mexico-Miami (en aquella época eran aviones de propela) y éso era lo que se demoraba. Yo iba sentada en la fila delante de mis padres. Una de las veces que miré hacia atráz lo vi muy palido. Papá tenia deceos de ir al baño y no se atravió por miedo a una hemorragia.
Al llegar al aeropuerto de Miami nos esperaba en la misma pista de aterrizaje una ambulancia con el doctor Octavio Montoro, medico de Papá en Cuba. Papá no queria ir para el hospital, sino para la casa de mi hermana Marta pero fué directo para el Mercy Hospital donde fué operado. Cuando el cirujano salió del salon de operaciones nos dijo que habia encontrado una gaza olvidada del la operación anterior en Buenos Aires, la cual habia formado un tumor que habia perforado los intestinos. La sangre entraba y salia como un colador por todo el intestino. Papá fallece en el Mercy Hospital el 17 de julio de 1959, no de cancer, sino a causa del fallo del equipo de cirujia de los medicos el Dr. Capdurat y el Dr. Garat en el hospital de Buenos Aires.
Mamá insistió en llevar el cadaver de Papá para Cuba y se hicieron los tramites para traer el cadaver de Papá para La Habana. Mi cuñado, que habia sido piloto de aviación y tenia conecciones en la linea de aviación Pan American, logra que en la parte delantera del avión cerca de los pilotos, quiten los asientos de pasajeros y ahí colocaron el féretro de Papá. Una cortina dividía éste lugar del resto de los pasajeros para que no se viera el ataúd. Inmediatamente detrás íbamos Mamá, su hermana Sara Vianello de Calvo Tarafa y yo.
Cuando llegamos al aeropuerto de Rancho Boyeros en La Habana a nosotros nos bajaron junto con los pasajeros y el ataúd fué para el departamento de carga. Estando pasando aduanas le vinieron a pedir a Mamá la llave que cerraba el ataúd. Mi primo hermano, Miguel Gutiérrez Torruella que tenia conecciones en el aeropuerto se encargó de entregarle la lave a los milicianos para abrir la caja y rejistrarla a ver si allí venian armas.
Papá tuvo un velorio en la funeraria Van Ornsdale en Miami donde concurrieron todas nuestras amistades y otro velorio en la funeraria de Alfredo Fernandez en la calle Zapata en el Vedado. A Papá se le dijo una misa en la capilla del Cementerio de Colón en La Habana donde esta enterrado en el panteon de la familia que dice Piélago-Gutiérrez que consta de cinco tumbas de marmol donde están enterrados varios miembros de la familia Gutiérrez y Sanchez. Este panteon fué un regalo a Papá de Ramon Piélago que estuvo casado con Gloria, hermana de Papá.
La muerte de Papá fue algo mas que tragico para Mamá y sus cuatro hijas. Papá, que siempre nos habia protegido de todo lo malo, que nos habia nutrido y enseñado tanto y que nos habia resuelto nuetros problemas durante toda la vida, habia desaparecido del dia a la noche en medio de un golpe de esado, una pesadilla devastadora llamada revolución. La incertidumbre la habiamos enfrentado por primera ves. Lo peor fué que Papá se habia convirtido en "persona non grata" tanto por el nuevo gobierno revolucionario cubano como por el gobierno americano por haber formado parte del gobierno de Batista.
Papá no se mereció un final tan horrible, tan caotico. Su vida entera la dedicó al pueblo cubano y su desarroyo tanto dentro del pais como en el extranjero en numerosas conferencias internacionales. Mamá me hizo el cuento que cuando Papá estaba muriendose en Miami pasaba horas mirando fuera de la ventana hacia el cielo. Un dia Mamá vió un avión pasar y le pregunto a Papá: "Gustavo, si estuvieras volando en ese avión a que parte del mundo te gustaria viajar?" Papá la miró con una gran tristeza y le contestó: " A Cuba. A Cuba."